
Lo
que me sorprendió más fue la experiencia propia de la escritora (muerte de su
hijo, enfermedad de sus padres); ella escribe sobre todos los momentos de su
vida, dice que la vida está llena de momentos buenos y de momentos dolorosos y que
la poesía puede salvar. A mí me gusto que Juana Castro no escondía que a ella
le encanta compartir sus poemas con otra gente y que ahora tiene un poco menos
necesidad de escribir que antes. Estos pensamientos sinceros crearon ambiente
agradable y me sentía como en taller verdadero de la autora, donde podía
disfrutar de palabras e ideas bonitas y de poemas inolvidables. En comparar con
primer taller, hay que decir que este fue más como debate, más dinamico y
parece que más sincero, porque se podía sentir espíritu de la creación y de la
poesía.
Profecía
Algún día vendrás, sabes que miento,
que no puedo ya más tender la seda
lunar de la esperanza. Algún día
vendrás como una horca, el fiero
corazón guardando la armadura
y los labios en flor como limones
sangrados para el beso.
Peregrino lo sé, sé que algún día
recabarás aquí tu singladura
y yo te aguardaré, aguardaré
tu oído del vacío, sé que miento,
que no oiré nunca más
tu caracola niña. Puede ser
que vengas algún día
de otoño o una noche
de fuego en las ventanas, algún día
puede ser, pero sabes
que miento, yo no sé
si algún día.
que no puedo ya más tender la seda
lunar de la esperanza. Algún día
vendrás como una horca, el fiero
corazón guardando la armadura
y los labios en flor como limones
sangrados para el beso.
Peregrino lo sé, sé que algún día
recabarás aquí tu singladura
y yo te aguardaré, aguardaré
tu oído del vacío, sé que miento,
que no oiré nunca más
tu caracola niña. Puede ser
que vengas algún día
de otoño o una noche
de fuego en las ventanas, algún día
puede ser, pero sabes
que miento, yo no sé
si algún día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario