El
último día de octubre a nuestra clase llegó una de los poetas españoles más
importantes de estos días: Juana Castro. Fue un taller inolvidable e interesante,
porque la poeta y su colega hicieron una entrevista y parece que esta forma de
presentación de la poeta es mejor para llamar la atención de los jóvenes. Juana
Castro Muñoz nació en Villanueva de Córdoba en 1945 y es no solo escritora,
sino también profesora especialista en Educación Infantil. El taller empezó con
el cuento de la misma escritora, al principio ella contó una historia de una
niña, después de la mujer, sus momentos de la vida, sus conflictos y causas,
que tenían influencia para que esta mujer (la misma autora) empezó a escribir.
La escritora hablaba sobre género, proceso de creación basando en sus mismas
poemas. De las poemas se presentaba ideas principales de la escritora: gusto de
cambios, conversión del dolor al arte, la lucha entre libertad y amor etc.
Lo
que me sorprendió más fue la experiencia propia de la escritora (muerte de su
hijo, enfermedad de sus padres); ella escribe sobre todos los momentos de su
vida, dice que la vida está llena de momentos buenos y de momentos dolorosos y que
la poesía puede salvar. A mí me gusto que Juana Castro no escondía que a ella
le encanta compartir sus poemas con otra gente y que ahora tiene un poco menos
necesidad de escribir que antes. Estos pensamientos sinceros crearon ambiente
agradable y me sentía como en taller verdadero de la autora, donde podía
disfrutar de palabras e ideas bonitas y de poemas inolvidables. En comparar con
primer taller, hay que decir que este fue más como debate, más dinamico y
parece que más sincero, porque se podía sentir espíritu de la creación y de la
poesía.
Profecía
Algún día vendrás, sabes que miento,
que no puedo ya más tender la seda
lunar de la esperanza. Algún día
vendrás como una horca, el fiero
corazón guardando la armadura
y los labios en flor como limones
sangrados para el beso.
Peregrino lo sé, sé que algún día
recabarás aquí tu singladura
y yo te aguardaré, aguardaré
tu oído del vacío, sé que miento,
que no oiré nunca más
tu caracola niña. Puede ser
que vengas algún día
de otoño o una noche
de fuego en las ventanas, algún día
puede ser, pero sabes
que miento, yo no sé
si algún día.
que no puedo ya más tender la seda
lunar de la esperanza. Algún día
vendrás como una horca, el fiero
corazón guardando la armadura
y los labios en flor como limones
sangrados para el beso.
Peregrino lo sé, sé que algún día
recabarás aquí tu singladura
y yo te aguardaré, aguardaré
tu oído del vacío, sé que miento,
que no oiré nunca más
tu caracola niña. Puede ser
que vengas algún día
de otoño o una noche
de fuego en las ventanas, algún día
puede ser, pero sabes
que miento, yo no sé
si algún día.
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